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OFICINA DE EDUCACIÓN ONLINE
La Oficina de Educación Online, de la Vicerrectoría de Tecnologías de la Información, nace de un proyecto de mejoramiento institucional financiado por el Ministerio de Educación de Chile, como una iniciativa para impulsar la innovación en la educación superior mediante la educación online. En consecuencia, se conformó un equipo profesional, que ha estado trabajando en esa línea desde el 2018. El objetivo de la Oficina es principalmente desarrollar nuevas capacidades en la Universidad para los docentes, como también para los estudiantes, con foco en incorporar herramientas de educación online en la práctica docente como mejoramiento de la educación. La idea principal no reside en la necesidad de abrir carreras enteras online, sino en incorporar educación online como parte de un proceso de enseñanza y aprendizaje. Efectivamente, es poco probable incorporar educación online en todas las disciplinas o en todos los niveles de formación, pero hay casos en los que creemos que puede ser mejor una educación online que las clases tradicionales establecidas comúnmente en las aulas. Entonces, la idea es justamente enriquecer la práctica docente con educación online.
EFECTOS DE LA CRISIS SANITARIA POR COVID-19
Es importante aclarar que las modalidades de educación que han desarrollado durante 2020 las instituciones de educación superior o los establecimientos educacionales, podrían ser consideradas como “clases remotas de emergencia”, más que educación online como tal. Según los resultados de una encuesta1 realizada por el Área para el Aprendizaje de Ingeniería y Ciencias (A2IC) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, durante el mes de julio de 2020, la herramienta virtual preferida para clases virtuales fue Zoom, con un 82% de satisfacción. Adicionalmente, según el 65,8% de los profesores entrevistados, la asistencia a clases ha sido igual o mayor que una versión presencial. Otro resultado aclara que un 68% de los profesores plantea que ha sentido dificultades en cuanto a la sobrecarga académica de sus estudiantes. Finalmente, otro dato que demuestra la complejidad de la situación reside en que sólo un 22% de los educadores contaba con experiencia previa en educación online. Estas dificultades han significado que, en lo que ha transcurrido del año, los profesores aumentaron su dedicación a las clases, por lo cual se aprecia que el 84% informa que dedica más tiempo a sus cursos. Adicionalmente, algo destacable es que los profesores mayores reportan menor dificultad, lo que puede deberse a la experiencia que poseen en planificación de clases, prueba también de que presentan una mayor resiliencia frente a la situación actual.
EDUCACIÓN ASINCRÓNICA
Desde un inicio, éramos pocas personas trabajando para impulsar la educación online, entonces armamos una Unidad que posteriormente pasó a ser una Oficina que depende directamente del Vicerrector de Tecnologías de la Información, conformada por profesionales del ámbito de la educación, especialistas en educación online, diseñadores gráficos e ingenieros encargados de la plataforma y de las tecnologías. En un inicio, habíamos definido un plan de desarrollo para ir creando paulatinamente capacidades para los docentes mediante capacitaciones y acompañamiento, incorporando principalmente elementos asociados a educación asincrónica, la cual permite a los estudiantes acceder a los contenidos de enseñanza y participar en el proceso de aprendizaje en cualquier momento, independiente del cuerpo docente. Considerando que los estudiantes tienen formas distintas de aprender y que también la asincronía permite que avancen a su propio ritmo. En definitiva, pensábamos potenciar algunas áreas en esa modalidad, creando cursos de a poco y capacitando gradualmente a los profesores en un acompañamiento digital. Ese era nuestro plan, hasta que llegó el 15 de marzo, fecha en la cual anunciaron que se iban a suspender todas las actividades presenciales de la Universidad hasta nuevo aviso.
EDUCACIÓN REMOTA DE EMERGENCIA
Nosotros tenemos alrededor de 4.500 profesores, y durante el primer semestre, hemos tenido 54 cursos con un diseño instruccional hecho para educación online. Sin embargo, el resto de los cursos se desarrollaron en línea, bajo la modalidad “educación remota de emergencia”, la que, sin cambiar el diseño instruccional, reemplazó las clases presenciales por una videoconferencia en la mayoría de los casos. Efectivamente, cuando se suspendieron las actividades presenciales los profesores entraron un poco en pánico, porque tenían que empezar sus clases y no sabían cómo desarrollarlas. Lo que hicimos entonces, en tan poco tiempo, y de forma tan masiva, fue habilitar la herramienta Zoom para todos los docentes, con jornadas de capacitación trabajando en conjunto con la Unidad de Docencia de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, desarrollando instructivos, orientaciones y apoyo para los docentes de cómo enfocar la práctica. Ahora, el real desafío tiene que ver con la masividad y cómo abordar el próximo semestre. Por lo tanto, todas las clases van a tener que adaptarse para no perpetuar esta educación remota de emergencia.
CARACTERÍSTICAS CLASES ONLINE
Por el momento, estamos generando cursos para capacitar a los profesores en distintos aspectos de la educación online, porque la modalidad remota tiene una lógica distinta, con una secuencia de aprendizaje con ciertas herramientas y también muchas evaluaciones formativas (sin nota) para que el mismo estudiante valide sus aprendizajes. Esto supone la implementación de una lógica pedagógica adaptada y distinta a la educación tradicional. En consecuencia, como Oficina estamos trabajando con la Vicerrectoría de Asuntos Académicos para de desarrollar un modelo instruccional para educación online común para toda la Universidad. La idea es que podamos capacitar masivamente a los docentes el próximo año, mediante un modelo de educación específico para educación online. Pero eso significa también colaborar y obtener los consensos entre el Departamento de Pregrado de la Universidad, el Departamento de Postgrado y la Oficina de Educación Online, considerando además en este proceso, no solo las Escuelas de Pregrado, sino también de Postgrado y Educación Continua, y otros organismos y centros que ya trabajan en el tema, incorporando cada vez más actores a la mesa. Esto nos ha tomado tiempo, por lo que hemos dividido nuestra hoja de ruta en 2 etapas. La primera consiste en entregar herramientas concretas a los docentes, para luego trabajar en esa mesa de trabajo estableciendo un “sello universidad”. El objetivo del próximo año es poder contar con un modelo consensuado que tenga todas las consideraciones que tenemos nosotros como universidad pública, es decir, consideraciones sobre equidad, inclusión, sustentabilidad o reconocimientos de las diferentes etnias, entre otros aspectos.
BARRERAS ENCONTRADAS
La primera barrera que enfrentamos y que ha sido la más fácil de resolver, fue la conectividad de los estudiantes. Efectivamente, no todos los estudiantes están preparados para tener clases online en sus casas, no todos tienen internet y no todos tienen un computador disponible en todos los horarios. Parte de las medidas implementadas ha sido la entrega de chips de internet móvil, de herramientas como tablets, así como también computadores provenientes de laboratorios de la Universidad. La segunda dificultad tenía que ver con el abordaje de las competencias digitales para los docentes, desde conceptos muy básicos como usar el micrófono, ajustar la iluminación, arreglar lo que se ve por detrás, entrar en la plataforma Zoom, grabar la clase, etc., hasta la parte más desafiante, que corresponde a la pedagogía en sí del curso. De hecho, existe un artículo bien interesante acerca de las modalidades MOOC (Massive Open Online Course), los cursos en línea a gran escala, que probaron distintas formas de presentar las clases online para los estudiantes y analizaron las estadísticas de visualización y resultados según el formato en que los videos de contenido eran presentados. A la luz de los resultados, resulta que la grabación de una clase “tradicional” con un profesor escribiendo en una pizarra tenía, por lejos, la peor evaluación y se estableció como la peor forma posible de presentar contenidos educativos a las estudiantes. Finalmente, a pesar de todas esas dificultades de adaptación a esa situación inédita, yo creo que, gracias al buen nivel de nuestros estudiantes, sumado a la calidad de nuestro cuerpo de docentes, han permitido que los estudiantes aprendan lo que tenían que aprender, los estudiantes sacaron notas similares a los semestres anteriores. Creemos que, si bien fue un semestre difícil, con muchos desafíos, dicha situación no ha impactado en gran medida en la calidad de la educación impartida. De hecho, a partir de los resultados de la “Encuesta sobre la Experiencia de la Docencia Virtual”, 2 realizada por la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, se aprecia que los profesores que se han adaptado mejor a la educación remota de emergencia eran los docentes más viejos. La interpretación que se asociaba a dicho resultado tenía que ver con los años de experiencia del docente. Efectivamente, tantos años haciendo clases con gran experiencia de los contenidos, han permitido a los profesores adaptarse de mejor forma a las nuevas modalidades online, resultado totalmente contrario a lo esperado. Lo que nos muestra también, que no basta un buen manejo de las herramientas tecnológicas, sino que también se valora el aspecto pedagógico.
FACTORES FACILITADORES
En la Universidad, cada facultad funciona de forma independiente con un decano que es elegido por sus pares en la respectiva facultad. Cada facultad tiene una Unidad de Apoyo a la Docencia y muchas tienen Centros de Enseñanza y Aprendizaje, y de esa forma, se ha podido entregar apoyo local a los docentes. Efectivamente, enseñar matemáticas y resolución de problemas en ingeniería es muy distinto a enseñar derecho, por lo cual es necesario contar con redes establecidas para resolver dudas para obtener una mejor cobertura, optimizando, además, los diferentes canales de comunicación. Por ejemplo, nosotros trabajamos cercanamente con el Centro de Enseñanza y Aprendizaje de la Facultad de Medicina, por lo tanto ellos han podido apoyar de forma local a los docentes con especialistas en el dominio, además del sistema de gestión de aprendizaje LMS (Learning Management System), que disponibilidad la Oficina de Educación Online desde nivel central.
INCLUSIÓN GRUPOS PRIORITARIOS EN PROCESOS EDUCATIVOS
La educación online te permite romper barreras que muchas veces se dan por la relación física o por el aspecto, como las mujeres o minorías sexuales, por ejemplo. Entonces muchas veces, en la modalidad de educación presencial, se daba un trato especial o particular a las minorías. Sin embargo, ahora mediante la modalidad online, el material está disponible de igual forma para todos los estudiantes, y no se puede marcar diferencias de trato entre estudiantes. Hoy en día, se ha mejorado también el acceso a los cursos, como por ejemplo los estudiantes que son de regiones pueden acceder fácilmente a los contenidos de sus ramos desde sus casas. El contenido está disponible de igual forma, y cada estudiante puede aprovecharlo a su ritmo, por lo que el sistema está siendo mucho más inclusivo. Van a ser estudiantes que van a haber sido educados probablemente con mayor equidad que en forma presencial. Eso lo planteo, porque yo como mujer también sufrí discriminación en la modalidad presencial, estudié en la Escuela de Ingeniería, donde éramos 10 mujeres en una clase de 100 estudiantes y los profesores te tratan y te miran distinto. Esas diferencias se van notando cada vez menos, porque ahora al otro lado de la pantalla, el profesor tiene que tratar a todos los estudiantes igual; personas en situación de discapacidad, mujeres, o personas migrantes, entre otros. También, en la modalidad online hemos tratado de implementar protocolos para evitar prácticas de ciberbullying. Efectivamente, cuando los estudiantes prenden sus cámaras para interactuar en la clase, es como salir a la pizarra y se sienten muy expuestos. En consecuencia, hemos recomendado formas de interacción distintas, como, por ejemplo, foros para discusión de contenidos dentro de la misma plataforma, formar trabajo en grupos más pequeños, etc. Ahí uno de los desafíos consiste en entregarle a los profesores herramientas para mejorar la interacción de ellos con los estudiantes para que aborden las clases de una forma más amigable, con mayor comodidad.
SALUD MENTAL
En esta materia, la Universidad ha impulsado distintas iniciativas para los estudiantes a través de la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios (VAEC), como, por ejemplo, mejorar la disponibilidad del chat en línea para atención de dudas o preocupaciones, teléfonos o correos que puedan consultar en cualquier minuto de forma anónima, en general, se ha hecho mucho para trabajar con el estudiantado. Para los funcionarios, la Universidad también ha implementado medidas para el resguardo de la salud mental. Sin embargo, hay mucha gente a la que le resulta muy difícil trabajar desde la casa, como por ejemplo personas que en la casa tiene niños en edad preescolar o escolar, o deben cuidar adultos mayores. Con los jardines infantiles y colegios cerrados se vuelve muy difícil trabajar y hacerse cargo de los niños tanto para hombres como para mujeres. Para nosotros como equipo ha sido un aprendizaje y hemos instalado medidas internas, como por ejemplo, instalar espacios de horarios bloqueados cuando tenemos cosas específicas que hacer o porque simplemente hay que cocinar. Ha sido esencial para nosotros esforzarse para instalar espacios individuales, mediante la minimización de la cantidad de reuniones, estipulando también que la hora de almuerzo se respeta y que el equipo cierra la jornada a las 18:15 y no se conectan o prenden el computador hasta el día siguiente. Adicionalmente, tenemos una política de comunicaciones internas, no comunicamos por WhatsApp, sino que ocupamos la plataforma Discord, instalada en un solo computador del trabajo, así cuando termina la jornada laboral, cerramos el computador del trabajo y ya no seguimos recibiendo notificaciones. También, destacamos que la productividad es igual o mayor aún que trabajando de forma presencial. Al principio, trabajábamos 24 horas/7 días, y de a poco fuimos implementando estas medidas para resguardar la salud mental del equipo.