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03/11/2020Pensada como una red de comunicación capaz de sobrevivir a una catástrofe, ARPANET, fue la base de lo que hoy conocemos como Internet.
La idea de fondo del proyecto ARPANET era construir una red de comunicación descentralizada con múltiples caminos entre dos puntos y con la división de mensajes completos en fragmentos que seguirían caminos distintos. Hoy ambos conceptos son parte de nuestra información diaria, pero en los sesenta eran teorías revolucionarias.
La idea demoró cerca de una década en convertirse en hardware y software y ser una posibilidad. El día 29 de octubre de 1969, ARPANET emitió su primer mensaje y en menos de un mes ya había dos centros universitarios conectados: Universidad de California, los Ángeles y el Instituto de Investigaciones de Stanford.
¿Cómo funcionaba?
Mediante un sistema de módem telefónico que enviaba y recibía señales con información. En Chile, en los 80, este sonido se escuchó en dos puntos la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago.
El joven tesista, José Miguel Piquer, había conectado el modem para enviar el primer mail. Desde ese momento, Internet en Chile ha avanzado velozmente.
Si pensamos en el objetivo de origen de la red: comunicar pese a una catástrofe, podríamos decir que el objetivo está cumplido. La pandemia y su cuarentena probaron la utilidad y necesidad de Internet.
Debido a la pandemia de la Covid-19, el tráfico de datos digitales está alcanzando récords en todo el mundo, una tendencia que continuará en el futuro. Para 2023, según el observatorio CISCO, la cantidad de usuarios activos de Internet será de 5.300 millones. El 75% del tráfico será domiciliario, y, por supuesto, las redes móviles y las fijas deben modernizarse para manejar esa demanda.
