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11/05/2020Las aptitudes digitales son una ventaja en el mundo actual. La incesante evolución tecnológica de las diferentes industrias y mercados, sumada al actual escenario de ‘tele-vida’ por la emergencia sanitaria, han hecho que el conocimiento en las áreas tecnológicas y científicas sean cada vez más valoradas y apetecidas. Y aunque desde sus inicios, la exploración en áreas STEMM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina) ha sido una actividad principalmente masculina, no son pocas las mujeres que han destacado por sus brillantes descubrimientos y aportes.
En 2010, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) acordó celebrar el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, el cuarto martes de cada mes de abril, como una manera de alentar las vocaciones tecnológicas en niñas y jóvenes, alentando la lucha para superar estereotipos de género; y promover el empoderamiento y participación femenina en las carreras de tecnología, tanto en el ámbito profesional como en el ocio u otro tipo de actividades.
Jaqueline Espiñeira es ingeniera en Ejecución Informática y cuenta que decidió estudiar esa carrera “porque podía aplicarla en cualquier rubro y hace que sea un área muy dinámica. Sin duda eso es lo que me encanta de la tecnología, la puedes aplicar donde quieras”. A pesar de su entusiasmo, esta desarrolladora de la subdirección de Mantención y Operaciones de DSTI, en un principio sí tuvo que enfrentarse a algunos prejuicios. “Tuve esa experiencia con mis compañeros. Era difícil que te incorporaran a los grupos de trabajo, siempre se creían superiores. Pero con constancia logré que ellos mismos un día me invitaran a ser parte de su grupo”, recuerda.
En esto coincide Priscilla Valdés, quien comenzó a estudiar técnico en Programación en el año 2003. En esos años era un no rotundo, había una brecha de género muy grande. Creo que yo era la única mujer en toda la carrera, e incluso mis compañeros no entendieron el primer día de clases porque yo estaba ahí. Eso les tomo un rato, porque estaba haciendo algo que rompía el molde, y aunque no lo entendieran, sabía que era la puerta de entrada a un mundo que siempre cambiaba, y eso era lo que yo quería hacer”, cuenta la actual técnico de Soporte Corporativo de la Universidad de Chile.
Con respaldo científico: la diversidad potencia los equipos de trabajo
Según cifras publicadas en 2018, en Chile sólo el 36,8% de las personas que trabajan en áreas STEMM son mujeres; situación que ha llevado al surgimiento de diversas iniciativas que fomentan la participación femenina en estas áreas. Y no se trata sólo de un asunto de ética, ya que la evidencia empírica ha demostrado que una mayor diversidad permite consolidar equipos de trabajo más preparados para la resolución de problemas, lo que a la larga ayuda al progreso científico y tecnológico.
“Muchos piensan que trabajar en tecnologías significa ser un ‘nerd’ con problemas de comunicación social o de adaptación, pero no es así. Necesitas tener un conjunto de capacidades: ser creativo, tener una visión transversal, aprender a negociar (una habilidad femenina muy buena para esto), y ser muy constante”, opina Lucía Moreno, líder del área de Administración de la Información de DSTI.
“Además, debes aprender a liderar, que no es lo mismo que ser jefe, y saber comunicarte adecuadamente. Y por lo general, las mujeres poseemos un poco más de desarrollo en nuestras habilidades blandas, lo que nos permite tener una mejor ‘interfaz’ con los usuarios”, agrega.
Yoselin Aedo es ingeniera Civil Informática de profesión e integrante de la Subdirección de Mantención y Operaciones TI de la Dirección. Durante su formación profesional también se enfrentó a un escenario preponderantemente masculino. “De casi 70 estudiantes que entramos ese año, 13 éramos mujeres. Y de los casi casi 40 que se titularon al día, fuimos dos mujeres”, por lo que agrega que “me encantaría poder motivar a algunas niñas a entrar a este tipo de carreras”.
“No sé porque se motiva tan poco a las mujeres en estas áreas; yo estudie en un colegio de mujeres y jamás escuche de estas profesiones, sólo enfermería y cosas así. Creo que todos tenemos las mismas habilidades y que cada uno, independiente si es hombre o mujer, puede aportar con una mirada única a los distintos proyectos”, remarca.
En esto también coincide Paulina Gatica, ingeniera Civil Industrial e integrante de la Unidad de Educación Online EOL, quien señala que “las habilidades van de la mano con la persona y no con el género. Y tener en un ambiente de trabajo un grupo mixto siempre es bueno, porque nutre de distintos puntos de vista”.
“En mi experiencia laboral, me ha tocado estar en varias reuniones donde soy la única mujer y es bastante particular la sensación. Me gustan estos escenarios porque demuestro que desde mi posición de mujer estoy a la par de mis compañeros hombres (…). Sin embargo, que esto llame la atención es algo para seguir reflexionando, sería interesante que este pensamiento sea por ejemplo ‘estoy aquí porque tengo experiencia en liderazgo’, y resaltar otros aspectos y no el género”.