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Andrés Peñailillo Cardemil
Oficial de Seguridad de la Información en la Universidad de Chile
La pandemia del covid-19 sin duda nos ha traído alerta mundial, sistemas de salud colapsados, millones de contagiados y muertos, ciudades enteras encuarentenadas y la preocupación global por aplanar la curva de contagios.
Junto con la cuarentena llegó el teletrabajo y para Chile, a una Ley de Transformación Digital publicada en noviembre de 2019, se sumó una Ley de Teletrabajo. Pero ¿estas normativas son suficientes para enfrentar un sistema totalmente digital de operación como el que atravesamos en esta pandemia? En mi opinión no.
Hemos podido darnos cuenta como país, que hay trámites que se deben realizar de forma 100% presencial; y aunque reaparecieron los documentos digitales con firma electrónica avanzada en gloria y majestad, eso reveló todo un proceso de solicitud, enrolamiento, validación de firmantes y validación de documentos, que no ha sido resuelto del todo. Por supuesto se han hecho grandes esfuerzos para dar las condiciones y facilidades para hacerlo remota y digitalmente, sin embargo aún falta.
La transformación digital además, siempre debe estar acompañada de las condiciones mínimas de seguridad; dar facilidades para que los procesos puedan hacerse remotamente no significa descuidar la seguridad, relajar la protección de información personal sensible, o dejar a un costado actualización de aplicaciones; sólo por mencionar algunas.
Finalmente no hay que perder de vista algunas situaciones que han ocurrido con grandes empresas que en tiempos “normales” han sido comprometidas, han sido víctimas de fuga de información o que han perdido millones de datos personales por un mal manejo de los riesgos cibernéticos.
