Cinco recomendaciones para adaptar las clases al nuevo escenario virtual

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El nuevo escenario mundial, marcado por la rápida propagación del Sars-Cov-2, ha impactado de manera importante el estilo de vida de las personas, obligándoles a cambiar sus rutinas, sus trayectos e incluso la forma de relacionarse con amigos y vecinos.

Una de las áreas en que más ha impactado es la educación, obligando a trasladar las instancias de formación académica y la relación docentes-alumnos desde las salas de clase a las casas de familias en todo el mundo.

¿Cómo adaptar la educación a esta nueva realidad? Desde el inicio de la pandemia tanto profesores escolares como académicos universitarios han tenido que adaptar el formato de sus clases de manera veloz, adaptando los objetivos pedagógicos a unos que se puedan cumplir a través de una pantalla, y en donde deben propiciar que tanto la interacción con los pares y la colaboración entre compañeros también pueda cumplirse de manera remota, con ayuda de la tecnología.

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Francisco Sereño, docente y diseñador instruccional de la Unidad de Educación Online de DSTI advierte que esta transición puede no ser tan sencilla, ya que en muchos casos los docentes no estaban preparados para aprovechar los recursos de una tecnología en la que los niños y jóvenes parecen manejar desde su nacimiento.

A pesar de ello, las herramientas digitales no siempre están al alcance de todos, por lo que el especialista entrega cinco recomendaciones clave para que los profesores puedan adaptar su contenido a los nuevos formatos, de modo de generar una docencia más inclusiva.

En primer lugar, es recomendable “preparar un resumen de la clase para ser presentado al final de la videconferencia y posteriormente publicado en la plataforma educativa”, gracias al cual se pueden repasar los contenidos centrales, en caso de que algún estudiante no cuente con una señal de internet estable, y que le impida ver las videoclases con fluidez, por ejemplo.

Además, sugiere que “en caso de utilizar una presentación en formato PPT, el tamaño de la fuente sea entre 16 a 18 puntos”, ya que, al igual que en el punto anterior “hay que considerar que en algunas ocasiones y por problemas de conectividad, la presentación se puede ver pixelada en los dispositivos de las y los estudiantes”. En la misma línea, también plantea que “lo mejor es utilizar colores neutros, ya que no todos los alumnos tienen el mismo tipo de pantalla y los colores pueden variar en cada una, generando múltiples contrastes y haciendo que la lectura pueda ser difícil”.

“Grabe la videoconferencia y, en la medida de lo posible, realice una transcripción de ella. Los profesores se pueden apoyar con Youtube, pues esta plataforma realiza transcripciones”, añade y enfatiza que “eso sí, es necesario revisarla para evitar problemas en la interpretación de la idea que estaba expresando”.

Finalmente, pero no menos importante, el profesional explica que “si bien está, en videoconferencia, transmitiendo audio y video a la vez, es recomendable que module más de lo habitual,  (a veces cuando no escuchamos bien, leemos los labios) y se apoye de imágenes o texto en la pantalla”, para esto “puede ser muy bueno el uso de mapas conceptuales durante la sesión”, que permitirán nutrir la comprensión y aprendizaje de los estudiantes en este nuevo escenario virtual.


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