Las tecnologías no emocionan

• Sin los humanos y su capacidad para crear contenido o usarlas para cumplir con sus objetivos, las tecnologías son máquinas estáticas y sin empatía. 

Los influencers de las redes sociales saben que su contenido debe inspirar o emocionar para obtener resultados. La alegría, la nostalgia, la rabia y hasta el podio generan empatía entre los usuarios. Pero las tecnologías en sí mismas no pueden emocionar, son herramientas para facilitar la vida de las personas. 

Y no sólo ayudan, sino que también apoyan el proceso de creación y divulgación de las creaciones humanas. El arte rupestre de la cueva de Altamira impresionó a sus ocupantes prehistóricos hace miles de años del mismo modo que ahora Cristiano Ronaldo lo hace con sus 627 millones de seguidores. 

El fútbol y los deportes generan potentes emociones. La final de la primera Copa Mundial en 1930, cuando Uruguay le ganó a Argentina en Montevideo fue vista en directo por los 60 mil asistentes al estadio Centenario. En 2022, más de mil 500 millones de espectadores pudieron ver como Leonardo Messi levantaba la copa. 

La fotografía es un invento de mediados del siglo XIX. Desde ese tiempo, cuando era necesario esperar hasta 8 horas de exposición y las cámaras eran armatostes de varios kilos, la tecnología ha progresado y ahora está en el bolsillo de los 8 mil millones de propietarios de un smartphone.

El primer registro fotográfico de un gato es de 1880. Use el buscador de su preferencia para encontrar imágenes de mininos de todos los tipos. 

Desde la primera fotografía a las imágenes en movimiento pasaron 68 años. En su primera exhibición en 1895 hubo impacto público, pero los hermanos Lumiere inventores del cinematógrafo afirmaron que su creación no tenía futuro. 

Primero fue mudo, después se le agregó el sonido y el color, también hubo efectos visuales y ahora muchas de las imágenes de las películas son creadas en computadores. Avatar con una recaudación de 2. 923.706.026 dólares fue hecha prácticamente con tecnología CGI. La película sorprende, pero también emociona. En estos casos las tecnologías son transparentes, herramientas al servicio del director. 

Entre los  20 y 50 la radio fue el medio de comunicación más masivo, pero fue reemplazado por la televisión, un invento que globaliza los espectáculos y los hechos noticiosos. Ahora es posible compartir la alegría o la tristeza del resultado del fútbol con millones de personas sentadas o acostadas en sus propias casas. 

El smartphone con todas sus herramientas es el actual campeón de la tecnología masiva. Gracias a Internet es posible encontrar información, conectarse con la familia y amigos, ver videos y estar informado. Y todo eso gracias a una pantalla y unos 200 gramos de chips y circuitos integrados.

En el caso de la Inteligencia Artificial no hay emociones. Es una máquina que copia estilos o produce contenidos de todo tipo. Sin embargo, como herramienta permite acelerar el trabajo y eso da pie para que los usuarios lleguen más temprano a sus casas.

Las tecnologías no emocionan, el contenido que ayudan a producir sí. 

 Por Rodrigo Mundaca.