Los prejuicios que afectan el ingreso de mujeres al mundo de las tecnologías de la información

02/05/2023
José Correa Haeussler: “El desafío es pensar en cómo la VTI aporta a que la Universidad haga mejor docencia, mejor investigación y mejor extensión”
24/04/2023
ChatGPT puede cambiar la educación no destruirla
03/05/2023
José Correa Haeussler: “El desafío es pensar en cómo la VTI aporta a que la Universidad haga mejor docencia, mejor investigación y mejor extensión”
24/04/2023
ChatGPT puede cambiar la educación no destruirla
03/05/2023

Cada año, el cuarto jueves de abril, se celebra el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en las TIC, una fecha consagrada por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), organismo especializado de las Naciones Unidas para las Tecnologías de la Información y la Comunicación. La celebración tiene por objetivo crear un entorno global que promueva el acceso de mujeres a este campo, una tarea donde la Universidad de Chile ya cuenta con camino avanzado como una de las instituciones de educación superior con mejor participación de mujeres en carreras científicas y tecnológicas.

Según un estudio de Microsoft, entre los 11 y 15 años las niñas comienzan a perder el interés por aprender sobre tecnología y empiezan a manifestar una baja percepción de confianza en sus habilidades digitales. Este es un problema que recorre todas las áreas de lo que se conoce como pSTEM (Ciencias Físicas, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Según un informe de la Subsecretaría de Educación Superior, la matrícula femenina en el área STEM llegó en 2018 a 22% en Chile (gráfico 1).

La Universidad de Chile no es ajena a la realidad descrita, pero en términos porcentuales la Casa de Bello presenta una matrícula de mujeres mayor que el Sistema Universitario Chileno; un 31% en relación con un 26% del Sistema Universitario en 2020 (Gráfico 2).

No obstante, de acuerdo a un informe de la Unidad de Análisis Institucional y Datos de 2021, “las mujeres aún están subrepresentadas y componen menos de la mitad de la matrícula total en Programas Académicos pSTEM. Por ejemplo, en 2020, la matrícula femenina nueva de todos los Programas Académicos de Pregrado en la institución (pSTEM y NO pSTEM) correspondía a un 54% , mientras que en el mismo año la matrícula femenina nueva de los Programas Académicos pSTEM fue solo de un 31%”.

La profesional de la Vicerrectoría de Tecnologías de la Información (VTI) de la U. de Chile, Sara Rojas, sostiene que para avanzar en la inclusión de las mujeres “tenemos que eliminar los prejuicios a todo nivel”. Estos prejuicios están avalados en datos del Foro Económico Mundial: el 6% de los CEO de la industria tecnológica son mujeres; en los consejos directivos de todas las empresas del mundo solo un 19% de los cargos son ocupados por mujeres. En la Unión Europea, en tanto, 29 de cada 1000 mujeres se gradúan en alguna carrera relacionada con las TIC. Por último, pero no menos importante, en el mundo de la tecnología, así como en muchos otros sectores, las mujeres suelen ganar un 20% menos de salario en comparación a sus colegas hombres que ocupan un cargo similar.

La historia personal de Sara Rojas confirma estos antecedentes. “He conocido mujeres que dejaron de estudiar carreras STEM porque se aburrieron de escuchar a sus profesores decir que las mujeres no tenían las capacidades para estar ahí o recibir correcciones (de exámenes, pruebas y test) de forma injusta solamente por su género”, relata.

Pese a estos prejuicios, en la historia de la informática se destaca que fueron mujeres las programadoras que trabajaron en la implementación del software de las primeras computadoras. En 1843, además, Ada Lovelace fue la primera en escribir un lenguaje de programación. Johana Paola Salgado, profesional de la Dirección de Datos de la VTI, es testigo de estos avances en la historia a nivel nacional. Su madre trabajó en la Universidad de Santiago como operadora y programadora de tarjetas perforadas. Y las dos únicas mujeres que tenían esas funciones “tuvieron que demostrar  que eran muy capaces de cumplir con ese rol”.

En la VTI, actualmente trabajan 35 mujeres, un 23% de la dotación total, pero Sara Rojas recalca que existen grandes ejemplos de la capacidad de esas mujeres. “Tenemos directoras y jefas -en Datos, EOL e infraestructura digital- que tienen un liderazgo a nivel universitario al igual que las científicas y profesoras en todas las facultades”.

Kristye Leiva, coordinadora de la Comisión de Equidad de Género de la Red de Gestores Tecnológicos de Chile, afirmó recientemente en Forbes que para enfrentar las barreras culturales “que bloquean la participación femenina en el área digital debemos dirigir nuestros esfuerzos hacia la educación y sensibilización de la sociedad en su conjunto, sobre la importancia de las TIC como herramienta para el empoderamiento económico, político y social de las mujeres”.

Para abandonar los prejuicios, afirman Sara Rojas y Johana Salgado, es necesario abrir más oportunidades laborales y “confiar en que cualquier mujer se puede desempeñar muy bien en estas áreas al igual que sus compañeros hombres”.

Mujeres destacadas en el mundo TIC

  • Susan Wojcicki: es la directora ejecutiva de Youtube. Ha ocupado este cargo desde el año 2014 y se ha encargado de que en la famosa plataforma de vídeos esté libre de contenido perturbador y engañoso.
  • Marcela Velasco: una mexicana que se ha convertido en referente para el mundo de la tecnología. Ella es la encargada de la marca de telefonía móvil Telcel y ha hecho un increíble trabajo a nivel de mercadotecnia posicionando a esta red como la favorita de todo México.
  • Ruth Porat: es la directora financiera de Google y Alphabet Inc. Ha logrado en muy pocos años reducir el nivel de gastos de este gigante tecnológico, logrando que en 2016 Google tuviese un margen de ingresos de 90 millones de dólares.
  • Sheryl Sandberg: esta mujer se forjó un lugar propio en el mundo de la tecnología, ha trabajado en Google y hoy en día es directora operativa de Facebook. Es reconocida como una de las personas más influyentes en la web, razón por la cual ha escrito varios libros como Vayamos adelante: las mujeres, el trabajo y la voluntad de liderar (2013) y Opción B: Afrontar Adversidad, Desarrollar la Resiliencia y Alcanzar la Felicidad (2017). 



Skip to content