Una mirada personal a la podcatósfera

• Sabías que existe un podcast que tiene 24 temporadas y más de 5390 capítulos.

En un principio pensaba iniciar esta crónica con la oración “lo reconozco, soy algo nerd”, pero después descubrí que los “nerd”, aparte de su preocupación por la ciencia, tienden a un estilo de vestimenta que no va acorde con mis jeans y polera. Así que creo que consideré que era mejor escribir que “soy algo geek”. Ambos, geeks y nerds, comparten esa afición por el conocimiento, pero los geek están concentrados en un tema en particular. Tengo que aclarar que la concentración no es mi fuerte. 

Así que este texto debería partir con “lo reconozco soy fanático de los podcast”, pero no de cualquier podcast, me gustan los de historia, de ciencia, cultura. Esos que entregan datos nuevos, los que muestran el lado B de la investigación, el chisme y la cosa “freak”. 

Trabajo en la Universidad de Chile -eso es obvio, considerando desde donde me están leyendo- y acá hay de todo: física, filosofía, química, matemáticas, periodismo y extenso etcétera de capacidades y conocimientos.

Los podcast son una mezcla entre la radio o video y la Internet. Se usan las técnicas de la radio y la televisión, pero se transmiten por Internet y ahí se quedan. Lo efímero deja de ser relevante. No son nuevos, el primero de todos fue transmitido en 1996 y el más extenso, “En caso de que el mundo se desintegre” comenzó en 1999, tiene 24 temporadas y la maratón sería de más de 5390 capítulos y sí estoy buscando el primer capítulo. 

Mi primer podcast fue uno de ficción “Caso 63”, me lo recomendó una amiga y desde ese momento no he parado. Los escucho caminando, en auto, en el metro y cuando trabajo. Son la nueva radio. 

Abandonando el ego, la Universidad de Chile ofrece podcast para todos los gustos o como le escuché a mi jefe “de todos los sabores”. Es una heladería completa disponible para conocer, informarse y entretenerse.